Wednesday, April 25, 2007

Un Hombre Sin País - II

“No importa lo corrupto, ambicioso e insensibles que nuestro gobierno, nuestras corporaciones, nuestros medios de comunicación y nuestras instituciones religiosas y de caridad sean, la música es siempre algo maravilloso. Si alguna vez muero, Dios no lo permita, este sera mi epitafio: LA ÚNICA PRUEBA DE LA EXISTENCIA DE DIOS QUE NECESITABA, FUE LA MÚSICA.
Ahora durante nuestra idiota y catastrófica guerra de Vietnam, la música se ponía mejor y mejor. A propósito, perdimos la Guerra. El orden no se pudo restaurar en Indochina hasta que nos echaron. Esa Guerra solo hizo de millonarios, billonarios y esto mismo ocurre hoy en día. Esta haciendo de billonarios, trillonarios. Esto yo llamo progreso!
.
Por que sera que los países que invadimos no pueden pelear como damas y caballeros, en uniformes, con tanques y helicópteros...?.
Volvamos a la música.
La música hace que cada uno de nosotros apreciemos mejor la vida. Incluso las bandas militares, pese a que soy un pacifista, siempre me alegraron.
Me gusta Strauss y Mozart y todo eso, pero el regalo que los esclavos Africanos-Americanos le dieron al mundo, ese si que es grande. Es casi la única razón que en otras partes aun nos tienen algo de afecto. El remedio especifico para la epidemia de la depresión en todo el mundo son los blues. Toda la música pop hoy en día-jazz, swing, be-bop, Elvis Presley, the Beatles, the Stones, rock-and roll, hip-hop, etc-es derivada de los blues. Un regalo al mundo?. Uno de las mejores bandas de blues que he visto y escuchado en mi vida eran tres tipos y una chica de Finlandia en un club en Cracovia-Polonia.
Los extranjeros nos aman por nuestro jazz, tampoco nos odian por nuestra pretendida libertad y justicia para todos, ellos nos odian por nuetra arrogancia”.
Traducción: Alex
“A man without a country”
- Kurt Vonnegut.

1 comment:

Anonymous said...

En mi adolescencia, cuando alucinaba con la ciencia ficción, leí un libro llamado "Las Sirenas de Titán" (Edit. Minotauro) y conocí a este autor. En ese libro me impresionó su imaginación y su capacidad para mezclar los viajes en el tiempo con crítica social y religiosa. Siempre fue un pacifista y un maestro de la ironía. Décadas después, me pareció ver en William Gibson (Neuromante)alguien que recogía parte de ese relato, pero en clave tecnológica. Excelente homenaje para un gran autor.

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